Carpa 1488 enlace para su descarga
Ya esta disponible para su descarga Carpa 1488, ultimo volumen del año 2023 o primero de 2024 como gusteis considerar. De todas maneras, sera mejor que Analia Castro Bermudez nos presente este nuevo numero de nuestra publicacion favorita:
Aunque no puede considerarse una
tradición en este mandato editorial y redacción, viene siendo habitual
que cerremos el año presentando alguno de los proyectos fotográficos de
Jose Carlos Soto. En este Carpa 1488, por eso, nos alejamos,
aparentemente, de las progresiones estéticas del autor. Si en años
anteriores hemos viajado al pasado y visitado la ciudad natal del
artista acompañándolo en sus intensos paseos, este año, algo ha cambiado
en el trabajo del fotógrafo. Atrás han quedado la mudanza, la pandemia y
la enfermedad y todo parece indicar que una etapa nueva se abre ante
el.
La primavera pasada los hermanos del fotógrafo cogieron un
huerto junto al río con una visión un tanto idealizada de lo que
significa trabajar la tierra y nuestro autor, por colaborar, cogio el
chapo y se puso a cavar para descubrir, no sin cierta sorpresa, que se
le da bastante bien, casi de forma natural, la horticultura y, desde
entonces, ha cambiado sus esquemas habituales de trabajo. Así, el huerto
ocupa toda la mañana y la fotografía y el arte 3d queda para la tarde y
noche.
Pasados los primeros meses de intenso trabajo para arrancar
con el huerto, Jose Carlos, volvió a coger su camara, en realidad para
ser justos, empuño su dispositivo y teléfono y comenzó a fotografiar su
entorno mas cercano. Un proyecto bocetado a finales del verano y que nos
fue presentado acompañado de una selección de los vegetales cosechados
esa estación por el autor y que dio lugar a una de las mas animadas
mesas de redacción de los últimos años. No solo por la maratón
gastronómica con la que nos obsequio Jose Carlos fue memorable esa
velada, nada pudo alegrarnos mas que ver al autor volver a fotografiar
con regularidad tras su abandono del medio hace ya mas de diez años.
Antes
de llegar a los postres había quedado definida la edición y decidí
repartir entre las redactoras las distintas secciones de la misma y el
diseño general quedo en manos de Dorita y Paquita con las que el autor
trabaja desde hace ya mucho tiempo en perfecta armonía y, como no podía
ser de otra manera, comenzaron los viajes hasta Fusteret para trabajar
en el nuevo volumen. Precisamente, en una de las estancias de las
redactoras en casa de Jose Carlos, surgió la idea de eliminar todo
comentario o introducción a las distintas secciones que el fotógrafo
había pensado para disponer sus instantáneas. Paquita fue la que decidió
trasladar a las intros de este Carpa el carrusel de recetas
tradicionales preparadas por el autor con productos de su huerta en
sustitución de los comentarios habituales redactados por sus compañeras
de mandato. Dispuestas las recetas en abanico gustativo preparan al
lector para acompañar al fotógrafo durante su deambular por los campos y
bosques cercanos a su residencia. Como siempre, el autor renuncia a
situar sus fotografías espacial o temporalmente y deja abierta la puerta
para que seamos nosotros, como espectadores, quienes comiencen a tejer
sus propias lineas de percepción y evocación en busca del oculto
significado de cada imagen tras la aparente fría objetividad de todas
ellas.
Although it cannot be considered a tradition in this editorial and writing mandate, it has been common for us to close the year by presenting one of Jose Carlos Soto's photographic projects. In this Carpa 1488, therefore, we move away, apparently, from the aesthetic progressions of the author. If in previous years we have traveled to the past and visited the artist's hometown, accompanying him on his intense walks, this year, something has changed in the photographer's work. The move, the pandemic and the illness have been left behind and everything seems to indicate that a new stage is opening before him.
Last spring the photographer's brothers took a garden next to the river with a somewhat idealized vision of what it means to work the land and our author, to collaborate, took the shovel and started digging to discover, not without some surprise, that He is quite good, almost naturally, at horticulture and, since then, he has changed his usual work patterns. Thus, the garden takes up the entire morning and the photography and 3D art is left for the afternoon and evening.
After the first months of intense work to start the garden, Jose Carlos took his camera again, in fact to be fair, he grabbed his device and phone and began to photograph his closest surroundings. A project sketched at the end of summer and that was presented to us accompanied by a selection of the vegetables harvested that season by the author and that gave rise to one of the most lively editorial tables in recent years. Not only was that evening memorable because of the gastronomic marathon that Jose Carlos gave us, nothing could have made us happier than seeing the author return to photographing regularly after leaving the medium more than ten years ago.
Before getting to the desserts, the edition had been defined and I decided to distribute the different sections of it among the editors and the general design was left in the hands of Dorita and Paquita with whom the author has been working for a long time in perfect harmony and, As it could not be otherwise, the trips to Fusteret began to work on the new volume. Precisely, in one of the editors' stays at Jose Carlos's house, the idea arose to eliminate all comments or introductions to the different sections that the photographer had thought of to arrange his snapshots. Paquita was the one who decided to transfer to the intros of this Tent the carousel of traditional recipes prepared by the author with products from his garden to replace the usual comments written by his colleagues in office. The recipes arranged in a taste fan prepare the reader to accompany the photographer during his wandering through the fields and forests near his residence. As always, the author renounces placing his photographs spatially or temporally and leaves the door open for us, as viewers, to begin to weave our own lines of perception and evocation in search of the hidden meaning of each image behind the apparent cold objectivity. of all of them.